Normalización de la violencia: Los medios de comunicación, las plataformas de internet, las autoridades y, en general, las comunidades tienden a trivializar y normalizar la violencia digital. Esta actitud contribuye a la invisibilización de este problema, legitimándolo y fomentando un entorno de impunidad que desestima las experiencias de las víctimas y las lleva al silencio.
Baja representación de mujeres en las TIC: Uno de los mayores desafíos es la escasa representación de mujeres en el sector tecnológico, lo que provoca la incorporación de desigualdades y prejuicios sistemáticos en las TIC. A esto se suma la falta de un diseño inclusivo, de una moderación adecuada de contenidos y de mecanismos eficaces para detectar abusos.
Impunidad: Aunque en los últimos años se han implementado nuevas leyes y se ha resuelto un número creciente de casos, la respuesta de las autoridades sigue siendo insuficiente, dejando que esta forma de violencia permanezca en gran medida impune.
Culpabilización a las víctimas: Las mujeres que son víctimas de ciberviolencia suelen ser responsabilizadas por los actos de violencia que sufren y, con poca frecuencia, obtienen reconocimiento, apoyo o acceso a la justicia.
Falta de mecanismos de denuncias adecuados: Entre otras dificultades, se observa la ausencia de mecanismos de denuncia efectivos, una insuficiencia de recursos técnicos y económicos para atender los casos, deficiencias importantes en la formación y sensibilización del personal encargado de la justicia, y la falta de mecanismos de reparación para las víctimas que superen las sanciones penales impuestas a los agresores.
Para combatir a la violencia en línea, debemos abordar el problema de forma integral: es importante pensar desde el bienestar psico-social de las personas que son víctimas de violencia, así como en la capacidad de denuncia a través del conocimiento de las leyes nacionales e internacionales y en los mecanismos de respuesta con los que contamos para hacerle frente.
Tomar control sobre nuestra información y nuestros procesos digitales, es la forma más subversiva para hacerle frente a la violencia sistemática dirigida hacia mujeres y colectivos.
Acciones necesarias para impulsar el cambio
Contar con marcos jurídicos integrales
Aunque se han logrado avances en la implementación de leyes penales que castigan la distribución no consensuada de material íntimo, la mayoría de los Estados aún no han integrado en sus marcos legales un reconocimiento completo de la violencia digital como una forma de violencia de género contra las mujeres. Es necesario que las leyes incluyan definiciones y tipos penales claros y precisos sobre la violencia de género en línea o facilitada por las nuevas tecnologías, que no sean restrictivos y estén alineados con los estándares internacionales de derechos humanos. Esto debe considerar las diversas formas de violencia digital, los mecanismos mediante los cuales se lleva a cabo, su conexión con otras formas de violencia, sus impactos en la vida de la víctima y su ocurrencia en el contexto de una relación íntima.
En Paraguay se encuentra la ley 5777/16 de “Proteccion integral a las mujeres contra toda forma de violencia”, la cual contempla la violencia telemática, entendida como toda “acción por medio de la cual se difunden o publican mensajes, fotografías, audios, videos u otros que afecten la dignidad o intimidad de las mujeres a través de las actuales tecnologías de información y comunicación, incluido el uso de estos medios para promover la cosificación, sumisión o explotación de la mujer”. Si bien la inclusión de la violencia telemática en la ley es un avance importante, se destaca que la definición es aún incompleta al enfocarse únicamente en la difusión no consensuada de imágenes íntimas.
Además, desde el 2023 en el Congreso Nacional se encuentra en discusión una nueva propuesta titulada "Para prevenir, sancionar y erradicar el ciberacoso universal en Paraguay". Esta iniciativa enfrenta importantes desafíos, pero también representa una oportunidad para mejorar y actualizar la Ley 5777/16, que aborda todas las formas de violencia contra las mujeres en Paraguay, incorporando explícitamente la violencia digital.
Disponibilidad de datos y de recursos financieros
Es fundamental priorizar la recopilación, análisis y uso de datos sobre las necesidades y vulnerabilidades de los grupos de mujeres y niñas marginadas.
Las empresas privadas, como los proveedores de servicios de internet, pueden demostrar su compromiso al compartir información sobre la extensión de las diversas formas de violencia de género en línea y facilitada por las TIC que ocurren en sus plataformas digitales.
También es necesario destinar los recursos presupuestarios adecuados para abordar la violencia de género en línea contra las mujeres.
Además, se debe asegurar que la sociedad civil y las organizaciones de derechos de las mujeres cuenten con financiamiento flexible para respaldar las decisiones y políticas sobre violencia de género, y para jugar un papel central en la implementación de medidas eficaces de prevención y respuesta.
Protección, acceso a la justicia y reparación integral para las víctimas
Es importante implementar recursos judiciales cautelares que sean simples, rápidos y accesibles, capaces de funcionar como una solución efectiva para prevenir la VGFT contra las mujeres y protegerlas de situaciones de revictimización tanto en línea como fuera de ella. Esto incluye garantizar que las víctimas puedan obtener órdenes de protección que impidan a los agresores difundir material sin su consentimiento o cometer otras formas de violencia digital. Además, se debe asegurar una respuesta coordinada, ágil e inmediata por parte de las autoridades policiales, fiscales y judiciales, junto con la disponibilidad de mecanismos de denuncia adecuados.
Para la prevención y atención de la VGFT contra las mujeres
Es fundamental integrar una perspectiva digital en los programas de prevención y atención de la violencia en el ámbito familiar y de pareja, proporcionando herramientas de seguridad digital a las víctimas.
Asimismo, se deben establecer protocolos de actuación para prevenir y abordar la VGFT en el entorno escolar.
Es necesario capacitar al personal de primera línea que atiende casos de violencia digital contra mujeres y niñas, para que comprendan las características de esta violencia, sus formas de manifestación, su relación con la violencia fuera de internet, y para que puedan ofrecer herramientas de seguridad digital a las víctimas, ayudándolas a fortalecer su protección y prevenir esta violencia.
Además, se deben desarrollar programas de sensibilización y capacitación sobre VGFT para los agentes del sector de la seguridad y la justicia, mejorando sus habilidades para investigar y sancionar este tipo de violencia.
Programas y campañas para la educación digital y la prevención de VGFT contra las mujeres
Es importante implementar programas educativos, en colaboración con escuelas, universidades y organizaciones de la sociedad civil, para fomentar la alfabetización digital y el empoderamiento de niñas, jóvenes y mujeres desde una perspectiva de género. Estos programas deben enfocarse en la adquisición de conocimientos sobre seguridad digital, así como en la protección de la privacidad e identidad en línea.
También es importante promover programas educativos sobre el uso seguro de las tecnologías digitales para niñas, niños y adolescentes, junto con iniciativas de sensibilización sobre la gravedad de la violencia de género en línea. Se debe poner especial atención en los daños causados por el ciberbullying, el ciberacoso y la distribución no consensuada de imágenes íntimas. Estos programas deben incluir capacitación para docentes, así como para madres y padres, para que puedan tomar las medidas de protección y cuidado necesarias frente a cualquier forma de violencia, maltrato o agresión en línea basada en el género.
Compromiso del sector privado, con énfasis en las empresas intermediarias de Internet
Los intermediarios de internet, las redes sociales y las empresas de medios de comunicación tradicionales tienen responsabilidades en materia de derechos humanos según los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos. Los diez principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas también exigen que las empresas aseguren que no son cómplices de abusos a los derechos humanos.
Es necesario diseñar tecnología que aborde cuestiones de género, promoviendo una mayor participación de las mujeres en el sector tecnológico y fomentando alianzas con la sociedad civil y organizaciones de derechos de las mujeres.
Además, se deben establecer criterios claros para la atención de casos de VGFT contra mujeres y niñas, creando mecanismos de denuncia y solicitud de eliminación de contenidos perjudiciales que sean fáciles de usar, accesibles, visibles, transparentes y sin tecnicismos. Es fundamental que los términos de servicio, las políticas de privacidad y protección de datos, así como las herramientas de denuncia de violencia en línea, estén completamente redactados en los idiomas locales y sean accesibles para todos.
También es crucial que el personal encargado de revisar los reportes de VGFT hable el idioma local, conozca el contexto cultural y esté capacitado en la atención de casos de violencia de género. Además, se debe garantizar la transparencia en el manejo de las denuncias y elaborar estadísticas y reportes anuales públicos sobre los procedimientos de denuncia de contenidos.
Se debe colaborar con las víctimas y las autoridades judiciales, asegurando la entrega de información relevante para la investigación y sanción de los casos de VGFT contra mujeres y niñas.
Por último, es necesario garantizar la seguridad y privacidad de los datos personales de las mujeres, conforme al derecho internacional de los derechos humanos, permitiendo la opción de perfiles en línea anónimos o pseudoanónimos cuando ello sea necesario para proteger su integridad, libertad de expresión, privacidad, desarrollo personal y derecho a una vida libre de violencia.
Alianzas para defender los derechos humanos dentro y fuera de línea
Colaborar de manera conjunta y coordinada con organizaciones de la sociedad civil que defienden los derechos humanos en internet, junto con empresas intermediarias de internet e instituciones públicas de derechos humanos, para prevenir la violencia de género en línea.
Fomentar la cooperación internacional para el intercambio de ideas y experiencias, así como la implementación de programas destinados a proteger a las mujeres víctimas de violencia en línea.
Documentar
Documentar y registrar incidentes
Te recomendamos documentar la agresión recibida. Esto ayuda a generar registros y evidencias en el caso de que las agresiones sigan sucediendo, ya sean del mismo o diversos perfiles. El registro implica tomar nota de qué sucedió, y la documentación es recopilar toda la información de cada incidente o ataque, para poder entender qué pasó, incluso después de un tiempo.
¿Por qué es importante contar con documentación y registro?
Es importante y necesario hacerlo para identificar a les agresores y/o tomar denunciar o reportar. Es recomendado registrar y documentar:
- Ataques
- Incidentes: cualquier cosa inusual que sucede en nuestras cuentas o dispositivos, así como también en el plano físico.
¿Cómo documentar?
Elaborá una bitácora de incidentes. Podés encontrar un ejemplo acá.
Organizá el almacenamiento del resto de la información, como por ejemplo:
- Captura de pantalla de ingresos no autorizados en donde se pueda ver la fecha, el dispositivo y la dirección IP
- Captura de pantalla de mensajes nocivos donde se pueda ver la imagen de perfil y la fecha
- Captura de pantalla de los perfiles de redes sociales, desde donde están agrediendo a alguien, así como la foto de perfil.
Pensá en cuál es el mecanismo más seguro para mantener ese documento actualizado de forma segura entre las personas de la organización. Es recomendable también guardar respaldos del documento.
¿Cómo ayudar a otres?
Muchas veces el episodio de violencia no nos ocurre a nosotres, sino a otras personas cercanas a nosotres. Es importante que ante estos casos, estemos preparades y sepamos cómo actuar.
Si sos testigo, no compartas contenidos que agredan a las mujeres. Rompe con la impunidad social frente a la violencia de género facilitada por la tecnología. Es fundamental reflexionar sobre si conocemos a alguien que haya sufrido VGFT y cuál fue nuestra respuesta ante tal situación, ya que dependiendo de nuestra reacción, la violencia contra la víctima podría haberse intensificado.
No culpabilices a las víctimas de VGFT. Las mujeres afectadas por este tipo de violencia con frecuencia sufren una victimización adicional debido a estereotipos de género dañinos, los cuales están prohibidos por el derecho internacional de los derechos humanos.
Te recomendamos las siguientes prácticas de cuidado y apoyo:
Ofrecé tu apoyo
- Si estás cerca de la persona que está siendo atacada, ofrecé asistencia inmediata. Tené en cuenta que esta persona puede sentirse abrumada y puede que no tenga instrucciones claras sobre cómo ser ayudada. Debés permanecer tranquile, con atención activa y con paciencia. Intentá no agregar presiones o estrés.
- En el caso del doxeo —que es cuando se publica información sensible, detallada y abundante sobre una persona por razones maliciosas— podés ofrecerles un lugar seguro para quedarse (como tu hogar) si la persona no se siente segura.
- También podés ofrecer moderar su cuenta de redes sociales u otras plataformas para darle un descanso en esa gestión.
- También podés revisar leyes y políticas nacionales y locales que sirvan para tratar con acoso en línea y fuera de línea, para convertir tu conocimiento en acciones concretas que puedan ayudar a la persona que está siendo atacada. Podés visitar el sitio del proyecto acoso.online, el cual busca proveer herramientas y conocimientos legales para situaciones de violencia digital, como la publicación no consentida de imágenes y vídeos íntimos por medios electrónicos.
- Hacete oír: Podés intentar alzar la voz en tus redes sobre lo que está ocurriendo a hablar sobre este tipo de violencias.